El amor es una
daga en el corazón.
Eso es lo que se ve en esta foto publicitaria.
Pero diga si
no es verdad.
¿A quién no se le han atravesado dagas, cuchillos, machetes,
cruces, crucetas, filos, espadas cuando se enamora y sangra cuando se despide? ¿Desde
hace cuánto llevamos una cortada en lo más profundo, que no nos deja olvidar la
historia vivida?
“Mi historia entre los
dedos”, qué imagen más cursi. La cursilería es un acto de cobardía, debería
rezar en los portacabezas de los buses, en esos que se ponen sobre el espaldar.
Entre espalda y pecho late el corazón, con son propio. Apropiarse de los cinco
sentidos de alguien, del “alguien significativo”. El amor tiene significados, y
rimas, y juegos de palabras, y búsquedas.
“Te
busco, perdido entre sueños”, como cantaba la gran Celia, la "Guarachera" de
Cuba. Cubano el alma de Ernest Hemingway, cuando decía “El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados”.
Dicto en
este momento lo que va se desangrando a través de las palabras, de las mismas
que usó Cortázar al escribir el Capítulo 7 de “Rayuela”: “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu
boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano”. ¿Será a la misma comisura a la que le habla
Piedad Bonett?: “Boca para los besos
dibujada / donde duerme tu lengua tentadora. / Todo el vino del mundo está en
tu boca, / todo el pecado y la inocencia toda”.
Esto salió publicado en la
revista del almacén de maquillajes y perfumes La Riviera. Maquillo la ansiedad ante la
vida y la presento en empaque pequeño, como los perfumes finos que venden. “Son tus ‘perjúmenes’, mujer”, que nos
cantan y nos encantan cuando nos tienen ganas.
Título en El Tiempo: “Tenemos amor y ganas”. Eso lo dijo un
futbolista y lo ratifican las parejas. ¿Envidia? De la buena, porque son
envidiables las parejas que se tienen ganas en estos tiempos de escasez emocional.
La emoción es el primer impulso que se siente ante el amor.
No, no: el amor es un
sentimiento.
“El corazón late a mil”.
Debe ser lo único que ahora está a mil, porque no hay economía sentimental que
se mantenga a esos precios. “El petróleo
alcanzó los 63 dólares por barril la semana pasada por motivos de ‘satez’ (¿sensatez?)
económica en sus dos terceras partes y de
locura política en el tercio restante”. El amor es un activo: es el
combustible del alma, pero es un activo políticamente incorrecto.
Y no hay
sensatez alguna: le jode la cabeza a muchos. Sea quien sea. Cualquier persona;
no importa si es político o mendigo. No distingue género ni condición ni
procedencia. Como proceden Romeo y Julieta en su última sesión de amor.
Por eso
es una daga en el corazón.